domingo, 22 de junio de 2014

EL MUNDO A REPARAR


Un científico, que vivía preocupado con los problemas del mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para aminorarlos.
Pasaba días en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas.

Cierto día, su hijo de 7 años invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lado.Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiese darle con el objetivo de distraer su atención. 

De repente se encontró con una revista, en donde había un mapa con el mundo, justo lo que precisaba. Con unas tijeras recorto el mapa en varios pedazos y junto con un rollo de cinta se lo entregó a su hijo diciendo: "como te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto para que lo repares sin ayuda de nadie". Entonces calculó que al pequeño le llevaría diez días componer el mapa, pero no fue así.Pasadas algunas horas, escuchó la voz del niño que lo llamaba."Papá, papá, ya hice todo, conseguí terminarlo.

Al principio el padre no creyó en el niño. 

Pensó que sería imposible que, a su edad haya conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes.Desconfiado, el científico levantó la vista de sus anotaciones con la certeza de que vería el trabajo digno de un niño. Para su sorpresa, el mapa estaba completo.

Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares. ¿Cómo era posbile? ¿Cómo el niño había sido capaz?- Hijito, tu no sabías cómo era el mundo, ¿cómo lo lograste?- Papá, yo no sabía como era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura de un hombre.Así que di vuelta los recortes y comencé a recomponer al hombre, que sí sabía como era. Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta la hoja y vi que había arreglado al mundo.



FUENTE: ANONIMO

sábado, 7 de junio de 2014

DEPENDE DE TI


En un pueblo oriental vivía en la montaña un anciano que era muy conocido por su sencillez y su sabiduría. Pero en el pueblo cercano vivía un joven malicioso y envidioso de aquel anciano.
Un día acompañado de un par de amigos decidió ir al encuentro de aquel anciano para dejarlo en evidencia, se compró un pájaro y fue al encuentro del anciano.
Cuando estuvo frente a El, le dijo: buen anciano, todo el mundo habla bien de ti y yo quiero ponerte a prueba para saber si lo que dicen de ti es cierto. Este pájaro que llevo en mi mano que pasará con él cuando la abra:¿volará o caerá muerto? (y el joven pensaba, si dice que volará, aprieto la mano, lo ahogo y caerá muerto, por el contrario, si dice que morirá abriré la mano y saldrá volando; este viejo, pensaba, no tiene escapatoria).
El buen anciano se dió cuenta enseguida de la mala intención del joven y empezó a mirarle fijamente a los ojos para que reflexionase, pero el joven insistía: ¿volará o caerá muerto?
Finalmente el anciano lo miró y le dijo: depende de ti.
Fue suficiente, aquellas palabras llegaron al fondo del corazón del joven, que abrió la mano dejando el pájaro libre y regresó junto con sus amigos en silencio al pueblo; ya que la lección de aquél anciano había servido de mucho.


FUENTE: ANÓNIMO

martes, 3 de junio de 2014

CAMBIA TU ESTRATEGIA

Cuentan que había un ciego sentado en un parque, con una gorra a sus pies y un cartel en el que, escrito con tiza blanca, decía: "Por favor, ayúdame, soy ciego"
Una buena mujer  creativa de publicidad que pasaba frente a él, se detuvo y observó unas pocas monedas en la gorra. Sin pedirle permiso tomó el cartel, le dió la vuelta, tomó una tiza y escribió otro anuncio. Volvió a poner el pedazo de madera sobre los pies del ciego y se fue.
Por la tarde la mujer volvió a pasar frente al ciego que pedía limosna. Ahora su gorra estaba llena de billetes y monedas.
El ciego reconociendo sus pasos le preguntó si había sido ella quien modificó su cartel y sobre todo, qué que era lo que había escrito allí.
La publicista le contestó: -"Nada que no sea tan cierto como tu anuncio, pero con otras palabras".

Sonrió y siguió su camino. El ciego nunca lo supo, pero su nuevo cartel decía: "Estamos en primavera y yo no puedo verla por ser ciego"
Moraleja
Cambia tu estrategia cuando algo no sale bien, y verás que puede que resulte mejor de lo que imaginabas de esa  nueva manera. 
FUENTE : ANONIMO