domingo, 21 de diciembre de 2014

COSMÉTICA DE ARROZ

La fécula de esta gramínea de origen asiático se viene utilizando desde hace siglos en la elaboración de productos cosméticos. En el imperio del sol naciente era condición sine quanum poseer una piel blanca y delicada para que una mujer fuera considerara bella. Para conseguir esa deseada tez preparaban ungüentos mezclando salvado de arroz con otros ingredientes de origen natural. Una tradición nipona era lavarse la cara con el agua de la cocción del arroz. También aplicaban aceite de germen de arroz para suavizarla. De ahí que a las mujeres de piel suave y blanca se las conociera como Nuka Bijin, que significa ‘belleza de salvado de arroz’. En occidente los griegos elaboraban polvos de almidón de arroz, con los que daban a su piel un aspecto marmóreo. En el renacimiento mujeres y hombres empolvaban su rostro con estos polvos para lucir una blancura extrema.

En la actualidad, la industria cosmética ha puesto sus ojos en ciertas sustancias derivadas del arroz y, afortunadamente, nos acercan esta tradición oriental hasta nuestros neceseres. Se emplean principalmente para formular hidrolizados proteínicos, destinados a hidratar y nutrir la piel. Cosméticos capaces de formar una barrera protectora que retiene el agua, evitando la deshidratación y ralentizando el envejecimiento cutáneo.

La cáscara de arroz se utiliza como filtro solar. Es muy valorada por sus escasos efectos alergénicos. También se ha empezado a integrar en algunas barras de labios y esmaltes de uñas, ya que actúa como conglomerante y contribuye a que el producto se extienda con mayor facilidad. En la cosmética capilar tiene gran aceptación ya que las proteínas de arroz aumentan notablemente la elasticidad del cabello, reforzando la fibra capilar y evitando que se quiebre. Además, aportan volumen y mejoran el aspecto de las puntas abiertas.

También es un buen exfoliante. El ácido fítico que contiene activa la circulación sanguínea y estimula la renovación celular. Puedes preparar un peeling mezclando dos cucharaditas de harina de arroz, una de canela en polvo y treinta gotas de aceite de germen de trigo. De igual modo puedes conseguir una mascarilla facial diluyendo dos cucharaditas de harina de arroz en cuatro de agua de rosas. Es conveniente que mantengas el preparado sobre tu rostro, al menos, durante diez minutos.

El aceite de salvado se obtiene a partir de la cáscara del arroz, como subproducto de la trituración del arroz blanco. Es rico en vitamina E y neutraliza eficazmente los radicales libres responsables del proceso de envejecimiento cutáneo. El orizanol se extrae del aceite de arroz. Ayuda a frenar la producción de melanina, impidiendo el paso de los rayos ultravioleta. De ahí, que algunos protectores solares, destinados al cuidado de la piel y del cabello, incorporen este aceite en sus formulaciones. 

Los cosméticos que integran almidón de arroz están indicados, generalmente, para las pieles más sensibles o aquellas que han estado expuestas a agresiones externas. Es un talco natural que calma, suaviza y proporciona un tacto agradable. Se recomienda su uso sobre pieles irritadas y enrojecidas, incluso para el cuidado de las más delicadas, como son las de los niños. El almidón de arroz en el agua del baño tiene un maravilloso efecto calmante, suavizante y refrescante. Prueba a añadir al agua de tu bañera dos cucharadas de este polvo y una cucharadita de miel fluida. Tu piel quedara suave y tersa. Como loción para el rostro puedes preparar un tónico si dejas hervir durante quince minutos un puñado de arroz en medio litro de agua. Deja enfriar y aplica sobre tu cara, cuello y escote. También puedes elaborar un desodorante para pies mezclando 100 gramos de arcilla blanca, otros 100 de harina de arroz y unas gotas de esencia de salvia. Espolvorea sobre tus pies, después de la ducha o baño, tras haberlos secado perfectamente. 

Las proteínas del arroz tienen efecto nutritivo, regenerante, revitalizante y protector frente a los agentes externos. Puedes preparar una mascarilla rejuvenecedora triturando medio plátano con dos cucharaditas de harina de arroz y un huevo. Otra opción es combinar una cucharada de harina de arroz, diez uvas blancas, previamente peladas, y seis gotas de aceite de almendras. La harina de arroz puedes adquirirla en herbolarios y tiendas de alimentación de productos orientales. 

Algunos de los laboratorios cosméticos que utilizan arroz en sus fórmulas son antiguos productores de sake. Esta bebida tiene un proceso de elaboración similar al de la cerveza, ya que en ambas los cereales producen azúcar que posteriormente se convertirá en alcohol. Este licor de arroz contiene una sustancia, denominada acido kojico que estimula la síntesis de colágeno natural. Extraído durante la fermentación de un tipo de levadura de arroz, el fermento del koji es capaz de mantener una buena hidratacion cutánea. Aporta vitaminas, aminoácidos y minerales y, por ello, se integra en fórmulas destinadas a regenerar y recuperar la juventud. Este acido fue descubierto casualmente por un monje japonés tras observar que en las destilerías de sake, hasta los trabajadores de mayor edad mantenían joven y blanca la piel de sus manos. En la actualidad es una de las sustancias despigmentantes más empleadas para la eliminación de las manchas de la piel. Actúa sobre los melanocitos, inhibiendo la acción de las tiroxinas, enzima fundamental en el proceso de formación de la melanina. Su mayor ventaja radica en la suavidad que aporta a la piel. Nocausa irritación, ni fotosensibilización. El ácido kójico, además, es un agente antimicrobiano y bacteriostático que bloquea la acción de las bacterias responsables de la aparición de acné. 

Los nipones acostumbran a darse un baño en agua caliente al que añaden amazake, una bebida dulce no alcohólica hecha de arroz fermentado. En los olsen o balnearios japoneses, brindan diversos tratamientos que integran este licor, cócteles elaborados con té verde y sake, e incluso, en algunos llegan a ofrecer piscina de sake. En nuestra latitud podemos disfrutar de un agradable baño si añadimos a la bañera ocho tazas de agua de arroz hervido, diez gotas de aceite de almendras dulces y otras diez de aceite esencial de jazmín. 

El polvo de arroz es considerado como el mejor aglutinante en la formulación de maquillajes compactos. Es un polvo muy fino de textura suave que da a la piel un tono mate aterciopelado. Actúa como fijador y contribuye a obtener un maquillaje perfecto. Evita los antiestéticos brillos sin obstruir los poros de la piel, permitiendo asi la transpiración natural. Por ello, no reseca la piel y proporciona un tacto agradable. Además, es hipoalergénico. Prueba a espolvorear tu rostro con un algodón impregnado en polvo de arroz. Puedes conseguirlo triturando en el molinillo de café, unos cuantos granitos de esta gramínea. También es interesante llevar siempre a mano papelillos de arroz para eliminar en cualquier momento el exceso de brillo del rostro. Absorben la grasa cutánea y por tanto matifican la piel.

FUENTE:  http://www.masnatural.eu