En muchos aspectos de nuestras vidas estamos demasiado serios.
A veces resulta necesario y saludable para todos dejar que actué nuestro niño interior y llene de energía vital renovadora esos lugares olvidados de nosotros mismos
Dejar que juegue y se divierta es fundamental para que podamos expresar las emociones y explorar nuevas experiencias, así como desarrollar nuestras potencialidades y dones que a veces ni sabemos que los tenemos.
¿Como hacemos para relacionarnos e interactuar sin que nadie salga lastimado ?
Para ello sería conveniente tener una actitud positiva hacia todas las personas con quienes interactuamos, así como también cultivar sentimientos auténticos en nuestras relaciones y afectos para preservar la paz.
Podemos comunicarnos de corazón a corazón en todos los niveles, aprendiendo a soltar la desconfianza y los miedos.
Nuestro niño interior no sabe de hipocresías y rechaza las cosas que no son claras y verdaderas porque todo lo ve con los ojos amorosos de un ser puro y genuino.
Esas virtudes podemos rescatarlas para atraer todo lo bueno a nuestras vidas, porque los que sienten y piensan desde la pureza siempre ven manifestados sus sueños.
¡Quienes como los niños para regalar esas sonrisas que nos llenan de esperanzas y nos curan el alma¡
Los niños creen en lo que hacen y dicen aún cuando los mayores crean que están imaginando lo que ven y sienten.
Ellos son libres al creer y crear sus propias fantasías, no están limitados por nada ni por nadie más que su mundo mágico e imaginario.
Esa es la clave para todo lo que nos proponemos alcanzar en la vida, creer en nosotros mismos.
A veces resulta necesario y saludable para todos dejar que actué nuestro niño interior y llene de energía vital renovadora esos lugares olvidados de nosotros mismos
Dejar que juegue y se divierta es fundamental para que podamos expresar las emociones y explorar nuevas experiencias, así como desarrollar nuestras potencialidades y dones que a veces ni sabemos que los tenemos.
¿Como hacemos para relacionarnos e interactuar sin que nadie salga lastimado ?
Para ello sería conveniente tener una actitud positiva hacia todas las personas con quienes interactuamos, así como también cultivar sentimientos auténticos en nuestras relaciones y afectos para preservar la paz.
Podemos comunicarnos de corazón a corazón en todos los niveles, aprendiendo a soltar la desconfianza y los miedos.
Nuestro niño interior no sabe de hipocresías y rechaza las cosas que no son claras y verdaderas porque todo lo ve con los ojos amorosos de un ser puro y genuino.
Esas virtudes podemos rescatarlas para atraer todo lo bueno a nuestras vidas, porque los que sienten y piensan desde la pureza siempre ven manifestados sus sueños.
¡Quienes como los niños para regalar esas sonrisas que nos llenan de esperanzas y nos curan el alma¡
Los niños creen en lo que hacen y dicen aún cuando los mayores crean que están imaginando lo que ven y sienten.
Ellos son libres al creer y crear sus propias fantasías, no están limitados por nada ni por nadie más que su mundo mágico e imaginario.
Esa es la clave para todo lo que nos proponemos alcanzar en la vida, creer en nosotros mismos.
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