martes, 29 de diciembre de 2015

“Cómo alcanzar la paz interior” - Reeducar la mente

La mente es una herramienta maravillosa que nos ha hecho evolucionar como especie. Gracias a nuestra inteligencia hemos conseguido grandes avances. Pero la mente tiene un problema:sigue funcionando sin que nosotros la controlemos.
La mente genera 60.000 pensamientos diarios, de los cuales sólo una infinitésima parte los generamos de forma consciente. Es una herramienta sin control, y eso puede generarnos problemas.
Las creencias
La mayoría de nuestros pensamientos provienen de nuestras creencias. Hay un libro: “Los cuatro acuerdos” de Miguel Ruiz, basado en la sabiduría de los antiguos toltecas, que es totalmente recomendable. El libro relata que todas las personas tenemos un complejo sistema de creencias (cosmovisión) o paradigma, adquirido por influencia social, familiar, educacional.
Llega un momento que esos pensamientos forman parte de la imagen que tenemos de nosotros mismos y de lo que nos rodea. Los pensamientos que no controlamos acaban creando nuestras creencias: en la vida, en la muerte, en lo social, en lo político,…
“El mapa no es el territorio” . Esta conocida frase de PNL (Programación Neuro-Lingüística) viene a decir que no experimentamos el mundo directamente, sino por medio de creencias, que configuran los mapas mentales con los que entendemos la realidad. Y cada uno tiene su propio mapa mental. Pero esa no es la realidad.
La imagen que tengo del resto del mundo, la imagen que tengo de mí, de mis familiares, de mi pareja, etc., no son más que pensamientos que he creado a lo largo del tiempo y muchos de estos pensamientos son creados de forma inconsciente.
Al pasar el tiempo crees, equivocadamente, que tú has creado todos esos pensamientos de forma independiente y la verdad es que la mayoría han sido influenciados por palabras de otras personas o informaciones que te han llegado y has asimilado sin darte cuenta.
Con frecuencia dichas creencias adquiridas nos perturban mental y emocionalmente, creando infelicidad. Pero hay una buena noticia: se puede modificar el sistema de creencias para conseguir el anhelado equilibrio interior que lleva a la felicidad.

Fases para reeducar nuestra mente:
Para reeducar la mente debemos seguir las siguientes 5 fases:

1.- Ser consciente de tus pensamientos ¿qué piensas? ¿cuándo? ¿cómo? ¿por qué?
¿Qué piensas de ti? ¿Qué piensas de mí? ¿Qué piensas de tu pareja? ¿Y de tus padres?
Párate un momento a observar esos pensamientos.
A lo largo del día, en cada instante, observa tus pensamientos. Sin juzgar las creaciones de tu mente. Esto puede llevarte tiempo y forma parte de la obtención de la paz en tu vida, aunque en un principio pueda parecer una paradoja porque vas a ver que hay muchísimos pensamientos que no te gustan, que no los quieres en tu vida y que, sin embargo, están ahí. Pero no importa, forma parte de algo normal. Nadie nos ha enseñando a trabajar con nuestra mente inconsciente.

2-. Diferenciar entre los pensamientos que has creado tú y los que te han venido impuestos por informaciones ajenas.
Así, una vez que has observado, una nueva tarea consiste en separar los pensamientos “verdaderamente tuyos” de los que no lo son.
Plantéate cada pensamiento con esa pregunta: ¿realmente yo pienso así? Te darás cuenta de la inmensa cantidad de pensamientos que están ahí sin que tú lo desees. No es bueno ni malo: es inconsciencia.
Aprende a ver los pensamientos que has creado tú a lo largo de tu vida y una vez que los tienes observa este nuevo grupo de ideas y pregúntate cómo han llegado ahí: ¿realmente los has creado tú o son producto de influencias de otros o de informaciones recibidas?
Llegarás a un punto en el que entenderás que todos tus pensamientos estaban creados con anterioridad y que de alguna forma han llegado a ti a través de influencias, a veces deseadas y a veces no.

3.- Diferenciar entre los pensamientos que traen paz a tu vida y los que traen intranquilidad o infelicidad.
Por supuesto en toda esta maraña de observaciones y estudios puedes analizar cuáles son los pensamientos que crean paz en tu vida y cuáles no. Pensamientos como: “soy torpe” o “no puedo con los pijos” o “nadie me escucha” perturban nuestro pensamiento. La verdadera paz es la que te hace sonreír desde tu interior. Ahí no hay posibilidad de engaños.

4-. Desechar todos los pensamientos que crean infelicidad en tu vida, aquellos que no traen paz.
Cuando eres capaz de dilucidar qué pensamientos son los que te generan paz, entonces puedes desechar aquellos que no la traen. ¿Para qué quieres pensamientos que te traen infelicidad?
Cada vez que te observes teniendo uno de éstos pensamientos negativos, elimínalos de tu mente.

5.- Crear, sólo, pensamientos que traen paz a tu vida.
La conclusión es sencilla: todo lo que piensas y crees te ha llegado a través de otros. Ahora es el momento de crear tus propias creencias, de forma consciente, por supuesto influenciadas por información que has recibido, pero conscientemente decidirás qué información dejas que te influya y cuál no, qué personas dejas que tengan poder sobre ti y cuales no…

¡Tú decides que quieres creer!

FUENTE: http://vidaenpositivo.org/index.php/serie-como-alcanzar-la-paz-interior-1-reeducar-la-mente/

martes, 8 de septiembre de 2015

DIEZ MANDAMIENTOS PARA UNA VEJEZ FELIZ

1. Cuidarás tu presentación todos los días. Vístete bien, arréglate como si fueras a una fiesta. ¡Qué más fiesta que la vida!.


2. No te encerrarás en tu casa ni en tu habitación. Nada de jugar al enclaustrado/a o al preso voluntario/a. Saldrás a la calle y al campo de paseo. El agua estancada se pudre y la máquina inmóvil se enmohece.

3. Amarás al ejercicio físico como a ti mismo/a. Un rato de gimnasio, una caminata razonable dentro o fuera de casa. Contra inercia, diligencia.

4. Evitarás actividades y gestos de viejo/a derrumbado/a. La cabeza gacha, la espalda encorvada, los pies arrastrándose. ¡No! Que la gente diga un piropo cuando pasas.

5. No hablarás de tu vejez ni te quejarás de tus achaques. Con ello, acabarás por creerte más viejo/a y más enfermo/a de lo que en realidad estás. Y te harán el vacío. Nadie quiere estar oyendo historias de hospital. Deja de auto llamarte viejo/a y considerarte enfermo/a.

6. Cultivarás el optimismo sobre todas las cosas. Al mal tiempo buena cara. Sé positivo, ten buen humor en las palabras, sé alegre de rostro, amable en los ademanes. Se tiene la edad que se ejerce. La vejez no es cuestión de años sino un estado de ánimo.

7. Serás útil a ti mismo y a los demás. No eres un parásito ni una rama desgajada voluntariamente del árbol de la vida. Bástate hasta donde sea posible y ayuda. Ayuda con una sonrisa, con un consejo, un servicio.

8. Trabajarás con tus manos y tu mente. El trabajo es la terapia infalible. Cualquier actitud laboral, intelectual, artística… Medicinas para todos los males, la bendición del trabajo.

9. Mantendrás vivas y cordiales las relaciones humanas. Desde luego que las que anudan dentro del hogar, integrándose a todos los miembros de la familia. Ahí tienes la oportunidad de convivir con todas las edades, niños, jóvenes y adultos, el perfecto muestrario de la vida. Luego ensancharás el corazón a los amigos, con tal que los amigos no sean exclusivamente viejos como tú. Huye del bazar antigüedades.

10. No pensarás que todo tiempo pasado fue mejor. Deja de estar condenando a tu mundo y maldiciendo tu momento. Alégrate de que ser parte del mismo y poder ver muchas cosas lindas y nuevas.
¡No te olvides de reír a menudo para mantener la salud!

FUENTE: AUTOR ANÓNIMO

viernes, 31 de julio de 2015

El Amor es lo más Importante

En el diario vivir,  con nuestra familia, pareja, amigos, compañeros de trabajo, hay ciertos principios o premisas  fundamentales que sostienen un compromiso en el tiempo para que prospere una relación. 
En ese sentido se asumen voluntariamente conductas propias de la persona humana como ser: honestidad, lealtad, fidelidad, compromiso, afecto y respeto mutuo, entre otras, partiendo de la base que las personas tienden al bien. Nuestro diario vivir nos lleva a conciliar, negociar y asumir muchas veces un acuerdo tácito de convivencia pacífica que se nos transmite desde tierna edad por nuestros progenitores y genera la fluidez de la confianza en nosotros y en los otros y son los premisas básicas que tienen que ver con el sistema de creencias de cada uno.
Para llegar a comprender a otra persona, primero tenemos que conocernos y comprendernos nosotros mismos y tener claro como nos vamos a relacionar con nuestros semejantes, y esas reglas de conducta muchas veces nos condicionan porque forman parte de nuestro aprendizaje, de nuestra herencia cultural y de nuestra propia escensia: quienes somos.
Cuando estamos realizando actividades con otras personas debemos estar bien y felices; y actuar en todo momento de buena fe, pensando y sientiendo el bien por todas partes.
Cuando nos comprometemos afectivamente con otra persona y le prometemos fidelidad, amor y respeto, asumimos un compromiso en la relacion voluntariamente.
En ambos casos sentimos placer, bienestar y plenitud cuando vemos colmadas nuestras expectativas en las relaciones personales.
Pero en definitiva, lo que importa es la forma como nos relacionarnos con las personas, para ello tenemos que tener en cuenta nuestras creencias que nos dan libertad en cada elección en aciertos y errores para volver a empezar, y que el Amor, a nosotros mismos (autoestima) y al prójimo (caridad, compasión, lealtad, honestidad) siempre es lo más importante .

martes, 28 de julio de 2015

EL MITO DE LA CAVERNA

El mito de la caverna de Platón es uno de los puntos importantes a la hora de desentrañar la Matrix. En él se narra cómo unos esclavos viven en una cueva creyendo que lo que ven (unas sombras proyectadas en una pared) es la realidad cuando lo cierto es que viven engañados. Pero uno de ellos escapará y verá la luz del sol, entonces volverá para rescatar a los otros, pese a que corra el riesgo de que lo maten por no creerle.
Y eso le ocurre a la humanidad. 
Esa es la verdad, como dice Morfeo en la película "La Matrix": Eres un esclavo, Neo. Igual que los demás, naciste en cautiverio. Naciste en una prisión que no puedes ni oler ni saborear ni tocar. Una prisión para tu mente.
Pero Neo es el esclavo que saldrá de la caverna y rescatará a sus compañeros. De todos modos, Morfeo le advierte del peligro: Son las mentes de los mismos que intentamos salvar. Pero hasta que no lo hagamos, siguen formando parte de ese sistema y eso hace que sean nuestros enemigos. 
Tienes que entender que la mayoría ellos no están preparados para ser desenchufados. Y muchos están tan habituados, dependen tan absolutamente del sistema, que lucharían para protegerlo.
Muy interesante amigos compartir estas reflexiones con ustedes, para darnos cuenta que matrix vivimos y a quien estamos alimentando con nuestra forma de pensar, sentir y actuar, a la luz o a la oscuridad?
Somos manipulados por entidades de mayor envergadura que viven solapadamente en la oscuridad.
Podemos cambiar en programa que cumplimos al pié de la letra?
Todo eso y mucho más lo dejo a su criterio, ustedes en definitiva tienen la palabra sobre si viven una ficción o ilusión o la verdadera realidad.
No creo en el destino porque odio pensar que no soy yo quien controla mi vida.” Neo

FUENTE: https://elfilosofo.wordpress.com/2009/10/07/matrix-y-la-filosofia/

sábado, 20 de junio de 2015

COMO DESTRUIMOS NUESTRA VIDA SIN DARNOS CUENTA

La vida no es como una línea recta. Ni se trata de un conjunto de horarios y gráficos. No tiene nada de malo que no hayas acabado tus estudios al cumplir cierta edad, o no te hayas casado, encontrado un trabajo estable, o hayas empezado tu propia familia, etc. Va muy bien entender que si no te has casado a tus 25-30, no te has convertido en vice presidente a los 33, o aún no has encontrado la felicidad a X edad nadie va a juzgarte (y si lo hacen no importa, porque es tu propia vida, no la de alguien más).

Puedes retroceder en cualquier momento, puedes detenerte y encontrar lo que te inspira; tienes derecho a tomarte un tiempo. Por alguna razón muchos lo olvidan.
Aún estando en la escuela empezamos a planear nuestra vida, y como dicta el plan, nos inscribimos en la facultad. Siendo estudiantes universitarios pensamos en elegir un trabajo, e incluso si no nos gusta mucho el plan que tenemos para nuestra vida, seguimos adelante porque ya le hemos dedicado tiempo. Cada mañana nos levantamos y vamos a ese trabajo porque debemos respaldar la desición que tomamos un día, y así damos un paso tras otro pensando que estamos tachando tareas en la lista de comprobación de nuestra vida. Pero un buen día nos despertaremos sumergidos en la más profunda depresión, un día sentiremos que hay algo que nos presiona y no nos deja vivir, pero no sabremos de qué se trata. Así destruímos nuestra vida.
Destruimos nuestra vida eligiendo a la persona incorrecta. ¿Por qué sentimos esa necesidad de acelerar las relaciones? ¿Por qué estamos tan obsesionados con la idea de estar con alguien y no la de -ser- alguien? Créeme, el así llamado amor que “nace“ por conveniencia, aquel que florece junto a la necesidad de dormir con alguien, y el que está ahí para satisifacer nuestra necesidad de atención y no nuestros verdaderos sentimientos, no es el tipo de amor que nos inspirará a despertarnos a las 6 de la mañana y abrazar a esa persona que duerme al lado. Intenta descubrir ese amor que te hace ser mejor persona, no te enceguezcas con un ”no quiero dormir solo". Pasa tiempo contigo mismo, come solo, duerme solo y dentro de algún tiempo descubrirás cosas nuevas e interesantes sobre ti, cosas que ni sospechabas; crecerás como persona y encontrarás lo que te inspira, podrás ser quien domine tus sueños y creencias. Cuando finalmente encuentres a esa persona que haga que cada una de las células de tu cuerpo baile, te sentirás seguro de él o ella, porque tendrás seguridad en ti mismo. Espera. Te pido que esperes ese amor, luches y te esfuerces por él porque el verdadero amor es una de las cosas más maravillosas que puede sentir tu corazón.
Destruimos nuestra vida al permitir que el pasado tenga el control sobre nosotros.En la vida muchas cosas pasan y pasarán, esa es su principal característica: desengaños, frustraciones, dias en los que te sientes inútil, pareciera que esos momentos y palabras vinieron para quedarse, pero no debemos permitirles controlarnos por cuanto son sólo palabras. Si le permites a cada situación desagradable ser el prisma que defina tu percepción de las cosas, verás el mundo de forma negativa e incorrecta; si lo permites corres el riesgo de estancarte en un mismo lugar durante años por estar convencido, por ejemplo, de que eres tonto; dejas pasar el amor porque sientes que tu ex pareja te dejó por no ser lo suficientemente bueno y ahora no crees en las mujeres (o en los hombres). Es como un círculo vicioso. Si no te das la oportunidad de dejar atrás tu pasado, lo que ocurrió en algún momento, lo que alguien te dijo alguna vez o lo que sentiste, entonces seguirás viendo el mundo a través de la ventana súcia del pasado.
Destruimos nuestra vida cuando nos comparamos con los demás. La cantidad de seguidores que tengas en Instagram no aumentará o disminuirá tu valor como persona; la cantidad de ceros a la derecha en tu cuenta bancaria no tendrá un efecto real sobre tu compasión, inteligencia o felicidad. Alguien que tiene dos veces más propiedades que tú no experimenta un tipo especial de gozo. Estamos atrapados en el mundo falso de las redes sociales y aunque eso seguramente no nos causará la muerte al final del día, sí la destruye poco a poco al crear en nosotros la necesidad de sentirnos "importantes“ y presionar a otros para que también vayan tras ese ideal.
Destruimos nuestra vida al privarnos de las emociones. Tememos decir demasiado, sentir demasiado, y de que las personas se entere de lo mucho que significan para nosotros. Interés no significa locura. Sí, expresar tus emociones por alguien te vuelve un poco más ”vulnerable", pero no hay nada malo en eso, por el contrario, hay algo de mágia en desnudar el alma y ser sincero con quienes significan algo en tu vida. Deja que tu pareja sepa que él o ella te inspira, dile a tu mamá que la amas aunque estés delante de tus amigos, deja que tu alma viva, no te conviertas en piedra; se valiente.
Destruimos nuestra vida cuando tenemos que soportarla. Cuando nos conformamos con menos de lo que deseabamos inicialmente; destruimos las posiblidades que viven en nuestro interior y es como traicionarnos a nosotros mismos y a nuestro potencial. ¿Quién dijo que el próximo Miguel Angel no está sentado ahora frente a la pantalla leyendo esto y organizando documentos ajenos porque necesita pagar las cuentas o porque trabajar así es más fácil seguir el conducto regular, que ir a seguir sus sueños?. No permitas que eso te suceda, no destruyas así tu vida. La vida, el trabajo y el amor están inevitablemente unidos entre sí. Debemos luchar por tener el trabajo que queremos y un amor excepcional, sólo así entenderemos la diversidad y la felicidad en la vida.
Traducción y adaptación: Genial.guru

lunes, 4 de mayo de 2015

PARABOLA DE LA BENDICION

En un pequeño pueblo vivía un anciano con su hijo de 17 años. Un día, el único caballo blanco con que trabajaba saltó la reja y se fue con varios caballos salvajes. La gente del pueblo murmuraba: "¡qué desgracia la suya, Don Cipriano!", y él, tranquilo, contestaba: "quizás una desgracia o quizás una bendición".

Días después, el caballo blanco volvió junto a un hermoso caballo salvaje, y la gente saludaba al anciano diciéndole: "¡qué bendición!", a lo que Don Cipriano replicaba: "quizás una desgracia o quizás una bendición".

A los pocos días, el hijo adolescente, mientras montaba el caballo salvaje para domarlo, fue derribado y se fracturó una pierna, a raíz de lo cual empezó a cojear, y la gente le decía al anciano; "¡qué desgracia la suya, buen hombre", a lo que él replicaba: "quizás una desgracia o quizás una bendición".

Días después inició la guerra y todos los jóvenes del pueblo fueron llevados al frente de batalla, pero a su hijo no lo llevaron por su cojera, y toda la gente del pueblo saludaba al anciano y le comentaba: "¡qué bendición la suya, Don Cipriano!". Y él, con su fe inquebrantable, contestó una vez más diciendo: "sólo Dios lo sabe, quizás sea una bendición o quizás una desgracia".

Efectivamente, sólo Dios sabe, y Él nunca se equivoca.

AUTOR: ANONIMO

martes, 13 de enero de 2015

QUE SIGNIFICA PERDERTE EL RESPETO

Conseguir que te respeten es un derecho y tienes que hacerlo valer. Una persona respetada se siente a gusto y cómoda en los grupos sociales con los que se relaciona. También piensa que sus opiniones son importantes y las emite sin miedo a la crítica ni al rechazo. Es capaz de defenderse cuando identifica que le atacan, porque su dignidad es más importante que evitar un conflicto con alguien que se está pasando de la raya. Valora su bienestar y su paz interior, y ambas pasan por concebirse como una persona digna de respeto y del buen trato de los demás. Una persona que se respeta vive en equilibrio, con su tiempo, sus obligaciones, su trabajo y su ocio.

¿Qué significa perderte el respeto?

El respeto te lo puedes perder por diferentes motivos. Aquí tienes algunos ejemplos.

Cuando sobrevaloras las necesidades de los demás e infravaloras las tuyas. Aprende a decir que NO. Aprende a dar valor a tus hobbies y a tu tiempo, al fin y al cabo, ¿no es el rato en el que mejor te sientes?

Cuando no te pones en el lugar que te corresponde y dejas que los demás abusen de ti y de tu tiempo. Ponerte en tu sitio no tiene nada que ver con el orgullo y la soberbia. Ponerte en tu sitio significa informar a los demás que hay comentarios y situaciones que te sientan mal. Los otros deben conocerlos, por el simple hecho de que estar informados puede evitarlos la próxima vez. Si no dices a la gente qué te molesta o qué puede ser humillante o ridículo para ti, los demás tampoco tienen por qué adivinarlo. Piensa que cada uno funciona y se comporta atendiendo a su escala de valores y no siempre tiene que coincidir con la tuya. Aunque tú la tengas muy clara. Recuerda, que los demás te traten mal, no es una opción.

Cuando eres infiel a tu escala de valores. La vida a veces te pone a prueba, desde esa cartera que te encuentras y que no es tuya, al cambio de más que te han dado en la cafetería. Te sentirás muy mal contigo mismo y te arrepentirás, si no te comportas fiel a tu escala de valores. Si llevas toda la vida diciendo que no te quedarías con nada que no fuera tuyo, devuelve esa cartera y ese cambio. Ejemplos como este hay muchos. Hay muchas cosas accesibles y momentos en la vida en los que si traspasamos el límite, igual otros no se enterarían nunca, pero ni un así es un motivo que lo justifique. Porque los que te valoran no son los demás, sino tú a ti mismo, y te lo aseguro, te dará remordimiento. Y si cuando cruzas tu escala de valores no te sientes mal, igual es que nunca la tuviste.

Cuando justificas el maltrato de los demás. No existe una sola excusa para aquellos que faltan el respeto a otros, mucho menos para los que ridiculizan. Ni el estrés que tengan en el trabajo, ni el que estén atravesando un momento duro en sus vidas, ni su personalidad descontrolada. He oído muchas veces decir… "es que tiene un pronto muy feo, pero en el fondo es buena persona". El que es buena persona lo es en el fondo y en la superficie, y se piensa muy mucho lo que va a decir antes de hacer daño a otros.

Cuando crees que las personas que están por encima de ti jerárquicamente, tienen el derecho de permitirse ese lujo. Ni tu jefe, ni tu padre, ni alguien que tú creas que está por encima, tiene derecho a tratarte mal. No es la jerarquía lo que les otorga poder faltar al respeto, sino la poca calidad como personas.


En el caso en el que te estés faltando el respeto a ti mismo sin que intervengan terceros, ¡PÁRATE! Piensa en qué te estás equivocando, con qué no te sientes a gusto, qué te gustaría que fuera de otra manera. No te sigas sientiendo mal por lo ocurrido hasta ahora, simplemente invierte tiempo en planificar lo que deseas cambiar de ti… ¿Es la gestión de tu familia, de tu trabajo, de ti mismo? Sea lo que sea, seguro que es susceptible de cambio, y cuanto antes empieces, mejor. No te lamentes por lo que has perdido o lo que has hecho de una forma que te avergüenza. Tú tienes valor a pesar de los errores y las "torpezas", y te hace grande rectificar y volver al camino… al tuyo, porque cada uno tenemos el nuestro y nadie puede juzgar si es mejor o peor que el de los demás.

En el caso de que el motivo de "faltarte el respeto a ti mismo" sea el trato que recibes de otro y el que tú lo toleres… ¡PÁRATE TAMBIÉN! A pesar de que los procedentes son difíciles de modificar, nunca es tarde. Sigue estas reglas sencillas:
Decide si la persona que te está haciendo daño en tu vida merece seguir teniendo tu aprecio, tiempo o dedicación. Si es alguien de quien puedes prescindir… ya estás tardando. No le debes ninguna explicación, simplemente sácalo de tu vida e ignóralo.
Si es alguien muy importante para ti, alguien que merece otra oportunidad, aplica las siguientes reglas de comunicación.
Dile claramente lo que te está haciendo daño, haciendo referencia a lo que dice o hace contigo. Y añade, por favor, cómo te hace sentir y cómo desearías que te tratase. Y para finalizar, comenta cuáles serán las consecuencias si no cambia contigo. Mira el ejemplo: "No me gusta que me levantes la voz, haces que me sienta ridícula y menospreciada. Me encantaría que pudiéramos hablar de lo que no estamos de acuerdo en un tono de voz conversacional. Así podría expresarme con naturalidad y sin miedo. Si no dejas de darme voces, tendré que cortar nuestra comunicación y eso nos separará en nuestra relación".
Acompaña lo que dices con el contacto ocular, con seguridad en tus palabras, pero con un tono y volumen de voz que no sean acusatorios. Estás informando, no regañando. No ganas nada si te pones a su altura. Piensa que además estás actuando como ejemplo de lo que necesitas del otro. No se le puede pedir a alguien que deje de gritarte si tú le estás dando voces.
Sé coherente con lo que le has dicho. Si ves que te sigue gritando, sal de la habitación, o dile que vas a colgar el teléfono y que no retomarás la conversación hasta que no cambie en lo que le has pedido. No sigas repitiendo tu crítica y amenazando con que te vas si no lo haces, porque perderás todo el valor si no lo haces.

Hacerse respetar es parte del camino para valorarte y ser feliz.

No pierdas la oportunidad.

FUENTE: Patricia Ramírez – huffingtonpost