31 de diciembre – Reflexión de Fin de Año
Buenos Pensamientos- BLOG
Cuando pensamos en el universo, solemos imaginar que es uno solo.
Sin embargo, a mi entender, no deberíamos llamarlo universo, sino multiverso.
Porque no es uno… son muchos universos coexistiendo al mismo tiempo.
Y no es un verso: es una realidad.
Existe el universo de la desesperación, de la ansiedad, del sufrimiento.
Allí la mente habita el futuro, preocupada, anticipando escenarios que aún no existen.
Existe también el universo de la alegría, de la calma, de la confianza.
Ese es el universo del presente, del aquí y ahora, donde la conciencia crea, donde la vida fluye y se ordena.
Cada uno de esos universos se activa según el sentimiento que acompaña a nuestros pensamientos
y según la óptica con la que observamos la realidad.
Todo pasa por nuestro filtro interior, por nuestra conciencia, por ese poder creador que nos habita.
Como he expresado en mi libro El Milagro del Éxito,
la conciencia no es pasiva: activa, ordena y manifiesta.
Cuando permanecemos en el odio, el rencor o la bronca,
regresamos una y otra vez al pasado, a un dolor que ya fue vivido,
pero que la mente revive como si estuviera ocurriendo ahora.
La mente —y más aún el subconsciente—
no distingue entre pasado, presente o futuro.
Para ella, todo es eterno.
Siente y responde a lo que le estamos diciendo en este instante.
Y si eso que evocamos se repite, aunque sea doloroso,
la mente interpreta que es importante…
y nos envía más de lo mismo.
Por eso, vivir conscientemente es elegir en qué multiverso queremos habitar.
¿Dónde estoy parada hoy?
¿En el sufrimiento o en la dicha?
¿En el miedo o en la confianza?
¿En la gloria interior o en el fracaso aprendido?
Cada elección emocional nos acerca a resultados acordes a esa vibración.
No como castigo ni premio, sino como una ley natural de coherencia.
Cuando pensamiento y sentimiento caminan juntos,
cuando creemos profundamente en lo que estamos creando,
la realidad responde.
Todos podemos hacerlo.
Todas las personas pueden manifestar una vida distinta
si se enfocan, si toman conciencia, si se permiten creer.
En este cierre de año, deseo para cada lector, para cada seguidor,
para amigos, familiares, cercanos y lejanos,
que puedan crear su propio universo de realizaciones.
Que comprendan —y sobre todo sientan—
que son los creadores de su realidad
y que tienen el poder de manifestar lo mejor.
Feliz Año Nuevo.
Que el próximo ciclo los encuentre conscientes, presentes
y creando, siempre, lo mejor.
