Son instantes en los que el alma solo necesita estar, respirar, observar… sin explicar nada.
A veces no hace falta decir “te entiendo”, basta con mirar con ternura.
No hace falta aconsejar, sino acompañar en silencio.
Porque hay dolores que no piden consuelo, sino comprensión.
Y alegrías que se viven mejor cuando alguien simplemente comparte el mismo aire, el mismo cielo.
La vida no siempre pide discursos ni respuestas.
Pide presencia.
Estar ahí, de cuerpo y alma, con la mente quieta y el corazón despierto.
Pide que aprendamos a sostener el silencio, a dejar que la energía del momento hable por nosotros.
La verdadera compañía no necesita ruido;
el amor genuino no se grita, se siente.
Y la luz de un alma tranquila puede abrazar más que mil palabras bien dichas.
🌸 A veces la vida no pide palabras, solo presencia.
Y en ese instante, cuando somos capaces de callar y sentir, la vida nos habla en su idioma más puro: el del alma.
✨ Elida Bentancor
📖 Buenos Pensamientos – Blog
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