domingo, 18 de mayo de 2014

DE TI DEPENDE

En un pueblo oriental vivía en la montaña un anciano que era muy conocido por su sencillez y su sabiduria. Pero en el pueblo cercano vivía un joven malicioso y envidioso de aquel anciano.
Un día acompañado de un par de amigos decidió ir al encuentro de aquel anciano para dejarlo en evidencia, se compró un pájaro y fue al encuentro del anciano.

Cuando estuvo frente a él, le dijo:

- Buen anciano, todo el mundo habla bien de ti; yo quiero ponerte a prueba a ver si lo que dicen de ti es cierto. Este pájaro que llevo en la mano que pasará con él, cuando la abra:¿ volará o caerá muerto?. (porque el joven pensaba, si dice que volará, aprieto la mano, lo ahogo y caerá muerto, por el contrario, si dice que morirá abriré la mano y saldrá volando; este viejo, pensaba, no tiene escapatoria).

El buen anciano se dió cuenta enseguida del mal de aquel joven y empezó a mirarle fijamente a los ojos para que reflexionase, pero el joven insistía: ¿volará o caerá muerto?.

Finalmente el anciano le clavo sus ojos en los de él y le dijo: "de ti depende".

Fue suficiente, aquellas palabras le llegaron al fondo del corazón, abrió la mano, salió el pájaro libre y regreso junto con sus amigos en silencio al pueblo; parece que la lección de aquel anciano había servido de mucho.

FUENTE: ANÓNIMO

viernes, 2 de mayo de 2014

COMO LA MARIPOSA

Un hombre encontró un capullo de una mariposa y se lo llevó a casa para poder ver a la mariposa cuando saliera del capullo.

Un día vió que había un pequeño orificio y entonces se sentó a observar por varias horas, viendo que la mariposa luchaba por abrirlo mas grande y poder salir.

El hombre vió que la mariposa forcejeaba duramente para poder pasar su cuerpo a través del pequeño agujero, hasta que llegó un momento en el que pareció haber cesado de forcejear, pues aparentemente no progresaba en su intento.

Parecía que se había atascado. Entonces el hombre, en su bondad, decidió ayudar a la mariposa y con una pequeña tijera cortó al lado del agujero para hacerlo más grande y ahí fue que por fin la mariposa pudo salir del capullo. Sin embargo, al salir la mariposa tenía un cuerpo muy hinchado y unas alas pequeñas y dobladas.

El hombre continuó observando, pues esperaba que en cualquier instante las alas se desdoblarían y crecerían lo suficiente para soportar al cuerpo, el cual se contraería al reducir lo hinchado que estaba.

Ninguna de las dos situaciones sucedieron y la mariposa solamente podía arrastrarse en círculos con su cuerpecito hinchado y sus alas dobladas. Nunca pudo llegar a volar.

Lo que el hombre en su bondad y apuro no entendió, fué que la restricción de la apertura del capullo y la lucha requerida por la mariposa, para salir por el diminuto agujero, era la forma en que la naturaleza forzaba fluidos del cuerpo de la mariposa hacia sus alas, para que estuviesen grandes y fuertes y luego pudiese volar.
La libertad y el volar solamente podían llegar luego de la lucha. Al privar a la mariposa de la lucha, también le fué privada su salud.

Algunas veces las luchas son lo que necesitamos en la vida. Si la naturaleza nos permitiese progresar por nuestras vidas sin obstáculos, nos convertiria en invalidos. No podríamos crecer y ser tan fuertes como podríamos haberlo sido.

Cuánta verdad hay en esto! Cuántas veces hemos querido tomar el camino corto para salir de dificultades, tomando esas tijeras y recortando el esfuerzo para poder ser libres.
Necesitamos recordar que nunca recibimos más de lo que podemos soportar y que a través de nuestros esfuerzos y caídas, somos fortalecidos así como el oro es refinado con el fuego.
Nunca permitamos que las cosas que no podemos tener, o que no tenemos, o que no debamos tener, interrumpan nuestro gozo de las cosas que tenemos y podemos tener. Nunca pensemos ni nos enfoquemos en lo que no tenemos, disfrutemos cada instante de cada día por lo que tenemos y nos ha sido dado.

FUENTE:ANÓNIMO

viernes, 18 de abril de 2014

LA CRUZ DE CADA DÍA

Un joven, ya no daba más con sus problemas. Cayó de rodillas, rezando, "Señor, no puedo seguir. Mi cruz es demasiado pesada". El señor, como siempre, acudió y le contestó, "Hijo mío, si no puedes llevar el peso de tu cruz, guárdala dentro de esa habitación. Después, abre esa otra puerta y escoge la cruz que tú quieras".
El joven suspiró aliviado. "Gracias, Señor" dijo, e hizo lo que le había dicho. Al entrar, vio muchas cruces, algunas tan grandes que no les podía ver la parte de arriba. Después, vio una pequeña cruz apoyada en un extremo de la pared.
"Señor", susurró, "quisiera esa que está allá". Y el Señor contestó, "Hijo mío, esa es la cruz que acabas de dejar".
FUENTE: Anónimo

sábado, 12 de abril de 2014

NO RESISTAS AL MAL


Rescaté estas sabias interpretaciones de bloqueos que sufren las personas y que muchas veces no se dan cuenta, por lo que siguen atascadas (caminos cerrados) y no pueden seguir adelante con su vida.
Me pareció acertado poder compartirlas con ustedes para que saquen sus propias conclusiones de lo que aqui se expresa.
"Estas son solo algunas señales que indican que una persona está oponiendo resistencia al flujo de la vidav y por eso no avanza en sus proyectos y metas personales :
1.-Si tienes algún tipo de rencor contra tus ex-parejas, ex-jefes o alguna persona en general. 
2.-Si envidias a los ricos. 
3.-Si tienes complejo de inferioridad y te criticas constantemente. 
4.-Si odias tu pobreza momentánea
5.-Si te sientes atrapado. 
6.-Si crees que todos tienen la culpa de tus problemas.
7.-Si piensas que tener problemas es malo. 
8.-Si todo el día te la pasas enfrentando la realidad porque crees que no puedes cambiarla, que eres una víctima y esperas que alguien te rescate. 
9.-Si odias tus problemas. 
Todos estos casos son indicadores de que estás oponiendo resistencia al cambio y te mantienen atrapado en un circulo vicioso en el cual observas la situación y de acuerdo a lo que observas decides reaccionar, enojándote sintiéndote torpe, desalentado, desmotivado culpable o decepcionado. 
Recuerda, tu puedes cambiar ahora dejando de ser victima de tus problemas."


FUENTE:  Anonimo y Autores en Internet

viernes, 4 de abril de 2014

LOS PAVOS NO VUELAN

Cuentan de un hombre del campo que encontró un huevo muy grande. Nunca había visto nada igual. Decidió llevarlo a su casa.
- ¿Será de avestruz?- preguntó su mujer
- No, es demasiado abultado- dijo el abuelo
- ¿Y si lo rompemos?- propuso el ahijado
- Es una lastima. Perderíamos una hermosa curiosidad- respondió cuidadosamente la abuela
- Miren, en la duda, se lo voy a colocar a la pava que está calentando los huevos. Tal vez con el tiempo nazca algo- afirmó el hombre.Y así lo hizo.
  A los quince días nació un pavito oscuro, grande, nervioso, que con mucha avidez comió todo el alimento que encontró a su alrededor. Luego miró a la madre con vivacidad y le dijo entusiasta "Bueno, ahora vamos a volar".
La pava se sorprendió muchisimo de la proposición de su flamante crío, y le explicó: "Mirá, los pavos no vuelan. A ti te hace mal comer apurado".
Entonces todos trataron de que el pavito coma más despacio, el mejor alimento y en la medida justa. Pero el pavito terminaba su almuerzo o su cena, su desayuno o merienda y les decía a sus hermanos "Vamos muchachos, ¡a volar!"
Todos los pavos le explicaban nuevamente: "Los pavos no vuelan. A ti te hace mal la comida."
Tantas veces le repetían aquello, que con el tiempo, el pavito fue hablando más de comer, y menos de volar. Y creció y murió en la pavada general. ¡Pero era un cóndor! Había nacido para volar hasta los setecientos metros, pero, como nadie volaba...
El riesgo de morir en la pavada general es muy grande. ¡Como nadie vuela!
Muchas puertas están abiertas porque nadie las cierra, y otras puertas están cerradas porque nadie las abre.
 El miedo al hondazo es terrible, pero la verdadera protección está en las alturas. Especialmente cuando hay hambre de elevación y buenas alas.

FUENTE: ANÒNIMO

lunes, 31 de marzo de 2014

COMO UN AGUILA

Entre las aves, el águila es la que vive mas tiempo, cerca de setenta años años.
Pero para alcanzar esta edad, ella debe tomar una difícil decisión; nacer de nuevo.
A los cuarenta años sus uñas se encogen y se ablandan, dificultándole agarrar las presas de las cuales se alimenta. El pico alargado y puntiagudo, se encorva. Las alas envejecidas y pesadas, se le doblan sobre el pecho, impidiéndole emprender vuelos ágiles y veloces.
Le quedan al águila dos alternativas:
Morir o pasar por una dura prueba a lo largo de ciento cincuenta  días. esta prueba consiste en volar a la cumbre de una montaña y buscar abrigo en un nicho cavado en la peña. Alli golpea el pico viejo contra la peña hasta quebrarlo. Y espera hasta que le crezca el nuevo y pueda con el arrancarse las uñas. Cuando despuntan las uñas nuevas, el águila extirpa las plumas viejas y despues de cinco meses, crecidas las plumas nuevas, arranca a volar de nuevo, decidida a vivir otros treinta años.
A lo largo de la existencia, la posibilidad de sobrevivir depende muchas veces de imitar el ejemplo del águila.
 El que se entrega, abatido, al peso del sufrimiento y de las dificultades, tiende a abreviar sus dias.

FUENTE: ANÓNIMO

sábado, 29 de marzo de 2014

EL BAMBÚ JAPONES

No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego.
También es obvio que quien cultiva la tierra no se detiene impaciente frente a la semilla sembrada, y grita con todas sus fuerzas: ¡Crece!
Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes:
Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.
Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto, que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.
Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas la planta de bambú crece ¡más de 30 metros! ¿Tardó sólo seis semanas en crecer? No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.
Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años.
Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas personas tratan de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que este requiere tiempo.
Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta.
Es tarea difícil convencer al impaciente que solo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y saben esperar el momento adecuado.
De igual manera es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo. Y esto puede ser extremadamente frustrante.
En esos momentos (que todos tenemos), recordar el ciclo de maduración del bambú japonés, y aceptar que -en tanto no bajemos los brazos -, ni abandonemos por no “ver” el resultado que esperamos-, sí está sucediendo algo dentro nuestro: estamos creciendo, madurando.
Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando éste al fin se materialice.
 FUENTE: Autor Anónimo