miércoles, 10 de septiembre de 2014

HABLA SOBRE SU HERMOSA ALMA

No hables con tu hija sobre su cuerpo, salvo para enseñarle cómo funciona.
No le digas nada si ha perdido peso. Ni si ha subido de peso.
Si crees que el cuerpo de tu hija se ve genial, no lo digas. He aquí algunas cosas que puedes decirle en su lugar:
"¡Te ves muy saludable!", es una muy buena opción.
¿O "Te ves muy fuerte"? O "Se nota que eres feliz". Mejor aún: halaga algo en ella que no tenga nada que ver con su cuerpo.
Tampoco hagas comentarios sobre el cuerpo de otras mujeres. No. Ni uno solo; ni positivo ni negativo.
Enséñale a ser amable con los otros, pero también a ser amable consigo misma.
No te atrevas a hablar sobre lo que no te gusta de tu cuerpo frente a tu hija, o a hablar sobre tu nueva dieta. Mejor aún, no hagas dieta frente a tu hija. Compra comida saludable. Prepara comidas saludables. Pero no digas "por ahora no estoy comiendo carbohidratos". Tu hija no debe de pensar que los carbohidratos son malos, porque sentir vergüenza por lo que comes solo se traduce en sentir vergüenza de ti misma.
Anima a tu hija a correr porque eso la hace sentirse menos estresada. Anímala a subir montañas porque no hay ningún lugar mejor para explorar su espiritualidad que la cima del universo. Anímala a surfear, a escalar paredes o a andar en bicicleta.
Ayuda a tu hija a amar el fútbol, a remar o el hockey, porque los deportes hacen de ella una mejor líder y una mujer más segura de Si misma.
Nunca le hagas jugar o practicar un deporte que no adore por completo.
Demuéstrale que las mujeres no necesitan de un hombre para mover muebles. Enséñale a cocinar. Herédale la receta de tu mamá. Herédale tu amor por pasar tiempo al aire libre.
Quizá tú y tu hija tengan muslos gruesos o una caja torácica ancha. Es fácil odiar estas partes del cuerpo tan lejos de la talla cero. Pero, No lo hagas.
Dile a tu hija que con sus piernas puede correr un maratón, y que su tórax es un buen estuche para cargar unos pulmones fuertes. Puede gritar, cantar y levantar el mundo, si quiere.
Recuérdale a tu hija que lo mejor que puede hacer con su cuerpo es usarlo para mover su hermosa alma.

FUENTE: Internet, Texto de Educación Mont

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